Reasignación quirúrgica de sexo de Mujer a Hombre (MaH)

El proceso quirúrgico para completar una reasignación de sexo masculino puede conllevar múltiples intervenciones, dependiendo especialmente del procedimiento escogido para la reconstrucción del pene y de otros tratamientos quirúrgicos encaminados a destacar más la morfología masculina.

Básicamente hay dos fases.

Primera fase:

En ella intervienen por un lado un Ginecólogo experto en técnicas endoscópicas y un Cirujano Plástico con experiencia en este tipo de intervenciones.
Se realizan conjuntamente y normalmente bajo anestesia general:
La histerectomía-anexectomía (extirpación de Utero, ovarios y anexos) por vía endoscópica (sin necesidad de realizar grandes incisiones en el abdomen o en la vagina).
En el mismo tiempo quirúrgico se realiza la mastectomía (amputación de las mamas) cuyas cicatrices resultantes pueden ser prácticamente invisibles si las mamas eran pequeñas o muy visibles si las mamas eran grandes.

Segunda fase:

El número de intervenciones que se han de realizar en esta fase para realizar la reconstrucción de los genitales externos depende especialmente de las características del pene que se intente conseguir y de las características personales de cada paciente.
Básicamente hay que escoger entre dos tipos de procedimientos en base a lo que se desee sea un tipo de pene u otro:

a) Pene eréctil, con toda la capacidad para el orgasmo conservada, pero de pequeño tamaño:
Mediante una compleja técnica llamada Metaidoioplastia, es posible conseguir en una sola intervención la reconstrucción de un neo-pene a partir del clítoris original. Este clítoris se alarga mediante unas técnicas quirúrgicas determinadas, conservando toda la inervación y su poder erógeno, con la capacidad orgásmica original y con capacidad eréctil. Además se realiza una reconstrucción uretral que permite llevar la uretra hasta el nuevo glande permitiendo orinar en bipedestación (de pié).

En ocasiones es posible realizar también en el mismo tiempo, la reconstrucción de los testículos mediante unas prótesis. La limitación de esta técnica está en el tamaño del pene que va a depender del tamaño original del clítoris tras el tratamiento hormonal, y de la cantidad de piel y tejido subcutáneo que pueda liberarse. Es decir que el resultado, en cuanto a tamaño se refiere y por bueno que sea, siempre será el de un pene pequeño que puede variar en posición de reposo (sin erección) entre la mitad de un dedo meñique o en el mejor de los casos el tamaño de un dedo pulgar.

b) Pene de tamaño normal pero con limitaciones fisiológicas:
Reconstruir un pene de unas dimensiones determinadas (longitud : de 12 a 18 cm. y diámetro : 3-4 cm.) requiere de varias intervenciones y presenta por otro lado varios inconvenientes.

- la 1ª intervención necesaria es la Transposición uretral que consiste en reconstruir una uretra que se coloque por encima de la posición del clítoris para poder luego anastomosarse al nuevo pene. En esta misma intervención se colocan las prótesis testiculares.

- La 2ª intervención (al cabo de 6 meses) consiste en la colocación de un expansor (bolsa hinchable para "crear" piel que se coloca debajo de la zona de donde se va a sacar el tejido para reconstruir el pene). A veces esta 2ª operación no es necesaria.

- La 3ª intervención (al cabo de 6 meses de la 2ª) es en la que realmente se procede a reconstruir el nuevo pene y a llevado ya a su posición "normal" suturando los nervios del nuevo pene a uno de los nervios del clítoris. El pene así reconstruido es de buen tamaño y permite orinar en bipedestación pero NO es sensible, NO es eréctil y NO produce por si solo orgasmos, además suele dejar importantes cicatrices visibles y extensas en el área de donde se saca el tejido para la reconstrucción. Al cabo de unos 2 años el nuevo pene puede ser ya completamente sensible y erógeno, por lo que se puede realizar la 4ª intervención.

- La 4ª consiste en la colocación de unos implantes protésicos para conseguir la rigidez del pene e imitar la erección.

Todo este tipo de cirugías esta sometido a unos riesgos generalmente mínimos pero que siempre son posibles cuando se somete uno a intervenciones quirúrgicas bajo anestesia local o general. Además hay que valorar las posibles complicaciones que pueden aparecer independientemente de la excelencia con la que se realicen las intervenciones. El éxito de una reasignación quirúrgica de sexo depende finalmente en que todos los tratamientos previos con el Psiquiatra y el Endocrinólogo se hayan llevado a término de la manera correcta en los espacios de tiempo necesarios.
Posibles complicaciones:

Al ser cirugías de larga duración se debe tener en consideración el uso de profilaxis antitrombótica y antibiótica pre y postoperatoria, quedando a elección del equipo reconstructor su indicación. En este tema la literatura es muy diversa, sin embargo, existe un amplio consenso en la utilización de profilaxis antibiótica si se realiza implante de material protésico.

Las complicaciones que se producen más frecuentemente son las relacionadas con el tracto urinario y con las prótesis de pene. La isquemia y la mala cicatrización de las anastomosis uretrales son las causas mas frecuente de fístulas y estenosis. Cuando se diseñan los colgajos, se debe dar a la zona destinada a formar la neouretra la mejor vascularización. Si se incluyen en dicha zona folículos pilosos se pueden producir infecciones recurrentes, estenosis y fístulas secundarias. Una correcta selección de las zonas donantes y la electrólisis de los folículos pueden prevenir dicho problema. Generalmente, las fístulas secundarias pueden ser corregidas mediante colgajos locales (labios mayores o piel perineal).
La correcta colocación de las prótesis de pene y su cobertura con un colgajo bien vascularizado y sensible permitirá evitar la más temida complicación en estos casos, que es, la extrusión de la prótesis. Los implantes con un índice de extrusión más alto son los rígidos, siendo las prótesis flexibles de última generación mucho más adecuadas. Las complicaciones mecánicas asociadas a las primeras prótesis empleadas (obstrucción de reservorio, rotura) han sido superadas por los nuevos tipos. El uso de otro tipo de implantes (hueso, cartílago) ha sido ya abandonado por su temprana reabsorción y su pobre resultado funcional.